Trapalón, trapacero, farandulero, catacaldos, son adjetivos con una connotación no muy positiva, pero que en mi casa, de toda la vida, se han usado con un matiz cariñoso para describirnos cuando nos metíamos en algun lío o hacíamos algo fuera de lo común, siempre con la mejor intención.
Ser curioso, descubrir, probar, ser el perejil de todas las salsas,...reír, vivir. Por eso, espero que Trapalonia sea un punto de encuentro entrañable para nuestras trapacerías.