miércoles, 18 de febrero de 2009

Mi primer cuento


A Marta le gusta el sol

Marta es una niña de seis años. Es alta, rubia, con
el pelo largo y flequillo, y es muy alegre. Su padre es fotógrafo y su madre es veterinaria. Viven en una casita a las afueras del pueblo y tienen un jardín con un columpio y una hamaca. A Marta le gusta mucho regar las macetas con una regadera de plástico rosa que le regalaron para su cumpleaños y se lo pasa muy bien cepillando a Tomás, su gato siamés. Pero lo que más le gusta a Marta de todo, es salir a pasear cuando hace sol. A veces, va paseando hasta la consulta de su madre y espera a que ella termine de trabajar para volver juntas a casa.
A Marta le gusta divertirse. Pero hay una cosa que no le gusta nada, y no sólo no le gusta nada, sino que la pone de muy mal humor. Esa cosa es la lluvia. Los
días de lluvia, Marta arruga la nariz y se pasa todo el día refunfuñando:
¡Qué rollo, está lloviendo! ¡No podré salir de paseo, tendré que pasarme todo el rato en casa y me aburro mucho!
Para intentar animarla, Rosa, su madre, le había comprado unas botas de agua de color rosa y un paraguas azul como el cielo y lleno de soles que brillaban
en la oscuridad. Pero no hay manera, Marta sigue quejándose porque no sale el sol de verdad y está triste y aburrida. Sus amigos, que ya la conocen muy bien deciden hablar con ella para enseñarle que hay muchas cosas que hacer incluso en un día de lluvia.
Miriam y su madre alquilan una de sus películas de vídeo favoritas y se sientan a verla en el sofá tapadas con una manta y tomándose un chocolate calentito.
Carlitos con su padre y su hermanita Natalia se ponen a jugar al parchís mientras su madre les prepara tostadas, luego meriendan todos juntos y después terminan la partida.
Maribel, con sus hermanas gemelas Laura y Cristina, juegan a hacer cabañas en su habitación. Se meten debajo de una manta con una linterna y cuenta
n historias de miedo.
Pablo se pone un chubasquero, coge un bastón y se va a pasear con su abuelo bajo la lluvia. Se lo pasa muy bien y encuentra muchas cosas interesantes como caracoles o setas, e incluso una vez encontraron un pajarito que se había caído del nido y se lo llevaron a casa para cuidarlo. El pajarito se curó y se hizo mayor y entonces lo dejaron libre en el bosque.
Marta les escucha hablar y se da cuenta de que tienen r
azón. ¡Cuántas cosas divertidas me he perdido por pasarme todo el día enfadada!
Este cuento se me ocurrió una noche en que mi sobrina, Sandra, que era pequeñaja, tendría 3 o 4 años, se quedó a dormir conmigo. Siempre que se quedaba me pedía que le contara un cuento, y así, poco a poco, fue conociendo a Caperucita, el Gato con Botas, la Lechera, y tantos otros. Pero esa noche me dijo que quería que me lo inventase yo, y como mejor pude fui hilvanando esta historia. Cuando acabé, la niña me dijo: "¿Eso te lo has inventado tú?. Le pregunté que si le había gustado y me dijo que sí, así que pensé que no debía estar mal. Aquí está el resultado. Más adelante más.

14 comentarios:

Lady Pirata dijo...

Pues si, como siempre los cuentos con moraleja, Antónia.
¿Y se aburre?
¿Con la cantidad de hermanos que tiene?
He contado, por lo menos cinco :)

Antònia dijo...

No son sus hermanos, son sus amigos!!
No puedo evitar la moraleja, pero es que Marta está inspirada en mi sobrina, que es una dulzura pero refunfuñona como nadie. Aunque te tengo que decir que la moraleja no le ha hecho cambiar mucho, claro.
:)

Lucía dijo...

No he podido venir antes. (ordenador)
Me ha gustado tu cuento y su moraleja.
Esperaré a los que vengan...:)
Un beso.

Marina-Emer dijo...

Me he leido el bonito cuento que tienes publicado en el post,te felicito, además muy tierno a la pobre Marta le pasa lo qué a-mí,no la gusta la lluvia para salir de casa,pero yo odio el aire más y anda que no disfrutas tú poco con tu sobrinita Sandra que debe ser preciosa.
BUENO ME LLEVÉ EL PREMIO DEL OTRO BLOG TUYO,
BESITOS Y PARA Sandra
Marina

Antònia dijo...

Lucia:
No te preocupes, yo comprendo perfectamente lo que es luchar con el ordenador. Me alegro que te guste.
Besos!!

Marina:
Estoy de acuerdo contigo, a mí me gusta menos el viento que la lluvia, me pone nerviosa.
No es pasión de tía, pero sí, mi sobrina es preciosa.
Un abrazo!

Acuarius dijo...

Es un cuento encantador, de una cuentacuentos encantadora...y con arte para su fabricación.

Antònia dijo...

Me encanta que que te guste Sol LunaR. Muchas gracias por tus palabras, tú también eres un encanto!
Un beso!!

Sir Bran dijo...

Precioso y delicado cuento. Con un origen infantil, que le concede aún si cabe, más belleza.

Antònia dijo...

Gracias por tus palabras, Sir Bran!
Me alegra mucho como consideras a mi cuento.
Un abrazo!!

Leonor Ortega dijo...

Hola Antonia,
Disculpa que no pasara antes por tu espacio, es que estuve un tanto chafada y no me conectaba, pero como ves aquí estoy y he disfrutado mucho con tu cuento, es muy bonito. Espero que sigas escribiendo más porque lo haces muy bien.

Como a la niña del cuento a mi tampoco me gustan los días de lluvia jeje

Un abrazo cielo,
Leonor

Antònia dijo...

Gracias guapa!
Somos hija del Sol, ¡Qué se le va a hacer...!
Brillamos!!
Besos!

ONDA dijo...

El pajarito cojo.


No lo ha visto nadie,
ni siquiera el aire,
pajarito sabio que todo lo sabe.
Volando, piandose perdió una tarde,
que también a Roma se va por el aire.
Al volver traía,sin culpar a nadie,
la patita rota,mojada en su sangre.
Le curé la herida con sal y vinagre,
le anillé la pata con un fino alambre.
!Ay como piaba llamando a su madre!
El alpiste, el agua,ni la sed ni el hambre
le saciaban nunca de volver al aire,
de seguir volando su peregrinaje.
Voló sin muletas,cojito, en el aire.
No lo ha visto nadie,
Ni siquiera el aire,
Pajarito sabio que todo lo sabe.

Para tu sobrina este poema que escribió mi abuelo.
Adriano del Valle (1895-1957)

ONDA dijo...

perdona en el cuarto verso hay un error en lugar de piandose, debe decir piando se.
Un beso

Antònia dijo...

Lo he visto Onda y así lo he entendido. No podemos evitar acelerarnos a veces verdad?